El príncipe Enrique de Inglaterra siguió hoy en Angola los pasos de su madre, la fallecida Diana de Gales, al visitar un campo de minas y rememorar el famoso viaje que ella hizo al país en 1997 para apoyar la lucha contra las minas antipersona.
Enrique acudió a un campo de minas próximo a la localidad de Dirico, en la provincia de Kwando Kubango (sureste), donde la organización británica The Halo Trust trabaja para eliminar esos explosivos enterrados durante la guerra civil de Angola (1975-2002).
The Halo Trust contó en la década de los noventa con el apoyo de Diana de Gales para llamar la atención internacional sobre los dañinos efectos de estos explosivos.
Las imágenes de la princesa caminando con un casco y un chaleco protector de The Halo Trust por los campos que estaban siendo limpiados por la organización dieron la vuelta al mundo en 1997, pocos meses antes de morir en un accidente de tráfico en París.
Cerca de Dirico, Enrique vistió de la misma guisa en una área del Parque Nacional de Luengue-Luiana que en el pasado fue una base de artillería de fuerzas antigubernamentales que minaron la zona antes de su retirada en el año 2000.
Ataviado, pues, con el casco y el chaleco protector, el príncipe -sexto en la línea de sucesión a la Corona británica- caminó por el campo de minas, detonó una mediante control remoto y departió con residentes de la zona.
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"Este campo de minas aquí, en el Parque Nacional de Luengue-Luiana, es el primero de 153 que será limpiado en los dos parques nacionales del sudeste de Angola", dijo el duque de Sussex, de 35 años.
Para rendir tributo a su madre, Enrique se desplazó después a la provincia de Huambo (centro), donde siguió el recorrido en el antiguo campo de minas que visitó Diana, convertido ahora en la zona residencial que lleva por nombre Barrio de San Antonio.
El príncipe anduvo por la misma zona por la que caminó su madre y pronunció un discurso ante el llamado "Árbol de Diana", que marca justo el punto en que la fallecida princesa de Gales fue fotografiada en 1997.
"Obviamente, esta visita es profundamente personal y muy significativa para mí", dijo el duque en el Centro Ortopédico de Huambo, que llevará a partir de ahora el nombre de Diana.
"Desde la visita de mi madre a Huambo hace muchos años -subrayó-, esta ciudad ha tenido una transformación tan visible. Cuando ella visitó este centro durante el conflicto, estaba lleno de mujeres, hombres e incluso niños heridos por minas terrestres".
"Yo sé que si ella estuviera hoy aquí, estaría encantada de ver que este centro ha crecido hasta ser un líder global en la rehabilitación ortopédica", agregó.
Enrique se declaró también "honrado" de que el "trabajo y compromiso" de su madre con la eliminación de minas "siga inspirando" y que "su legado sea reconocido y celebrado hoy al ponerle su nombre al centro en su honor".
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Gira por África
Asimismo, el duque remarcó que espera que su visita a Angola sirva para "aumentar la concienciación en todo el mundo" sobre la necesidad del desminado.
"Fue un honor dar de nuevo los pasos de mi madre. La perdí hace 22 años, pero la memoria de ella continúa conmigo a diario y su legado sigue vivo. Por eso, estoy tan feliz de llamar a este centro Centro Ortopédico Princesa Diana", concluyó.
Enrique, que llegó a Angola este jueves, tiene previsto reunirse mañana con el presidente angoleño, João Lourenço, en Luanda; y después visitará el Hospital Lucrécia Paim para conocer la campaña "Nacer para Brillar", cuyo objetivo es reducir la transmisión de madre a hijo del VIH (virus causante del sida).
Esta gira por el sur de África abarca también Botsuana, Malaui y Sudáfrica.
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Este último país fue la primera parada del viaje y el lugar donde permanecen la esposa del príncipe, Meghan Markle, y su hijo, el pequeño Archie -de casi cinco meses -, ya que estos no acompañan a Enrique en su recorrido por otros países de la zona.
El sur de África ocupa un lugar especial en la historia de los duques de Sussex, ya que Botsuana fue el destino de su primer viaje juntos cuando comenzaron su noviazgo en 2016.
En el Reino Unido, desde su matrimonio en 2018, la joven pareja real se ha visto sometida a un escrupuloso escrutinio, en especial en lo relativo a Meghan.
Está previsto que el 2 de octubre toda la familia regrese al Reino Unido desde Johannesburgo.